Si las palmas de nuestras manos están pálidas; la conjuntiva- esa telita que está alrededor de los ojos- está blanca o nuestras uñas están muy delgadas o se quiebran fácilmente, hay que tener cuidado porque podríamos estar sufriendo de anemia.
La anemia es la enfermedad que padecemos cuando nuestra hemoglobina está baja y nuestros glóbulos rojos no están transportando el suficiente oxígeno a nuestros órganos. Este problema, según el médico internista del Hospital Carrión, Eliseo Chirinos, cada vez se viene haciendo más común e nuestro país y es vital aprender cómo evitarlo.
“Dentro de la sangre tenemos diferentes componentes: está el agua, las proteínas, los glóbulos rojos, blancos y las plaquetas. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno y para eso necesitan la proteína llamada hemoglobina. Para ver qué tal está el transporte de oxígeno a los órganos tenemos que ver cómo está el nivel de hemoglobina o la cantidad de glóbulos rojos”, explicó el especialista.
“Si la hemoglobina está en cierto nivel significa que nuestros glóbulos rojos están llevando oxígeno a todos los órganos, pero, si la hemoglobina baja, no están llevando suficiente oxígeno y nuestros órganos van a comenzar a sufrir. A ese problema se le llama anemia”, complementó.
Las causas de esta enfermedad son muchas, pero la principal está relacionada con la falta de hierro en nuestro cuerpo. Asimismo, problemas en la médula ósea y la insuficiencia renal también son circunstancias que pueden provocar una anemia.
“La mejor forma de prevenir la anemia es consumiendo una buena cantidad de hierro. Centrarnos en ciertos grupos: por ejemplo las mujeres en edad fértil, las gestantes y los niños que, por su condición, necesitan una cantidad más importante de hierro.
La anemia se puede curar, pero es importante detectarla a tiempo porque puede ser el inicio para la aparición de otras enfermedades e, inclusive, algunos tipos de cáncer.
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